No sabría decir que es exactamente esto que siento. Lo que si tengo claro es que desde el primer momento que nuestras miradas se cruzaron quedé atrapado en tus ojos. Una extraña fuerza me empujaba cada vez más a tí. De nada sirvieron las advertencias de terceros, los gritos de mi razón.
Tu indiferencia fingida, la manera en que tus burlonas palabras se estampaban en mi cara, cada mirada de superioridad...me hacía más adicto a tu presencia.
Luché contra tu atracción agarrándome a barrotes de goma y dejé de resistirme...
Las flores y hierbas acariciaron nuestros cuerpos
desnudos mientras las nubes eran testigos de nuestros besos.
Todo mi mundo eras tú...perdí el miedo, la vergüenza,la conciencia,la inocencia... y juntos echamos a correr contra el viento, contra todos...retamos al peligro, a la muerte... rápido,muy rápido.
Perdimos la estabilidad sobre el suelo y volamos...alto, muy alto...hasta el cielo, a 3 metros sobre el cielo... me dejé arrastrar por tí.
Pero el camino nos llevó a una bifurcación y cada uno cogió su dirección.
Estúpido fui mientras caminaba viéndote al otro lado del sendero cada vez más lejos, más pequeño... pensando que volveríamos a cruzarnos.
Entonces me remonté al principio real de nuestra historia y descubrí que hay momentos que solo se viven una vez.
