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domingo, 12 de octubre de 2014

HUESOS

Fiel acompañante que camina solo.

Frío abrazo que  hiela mis huesos
astillando hasta el último aliento de un verano de sombras que ahogaban el calor de un sol que dejó de ser mi estrella.

Lluvia fugaz e intensa que inunda las calles, cortando el paso de mis ganas.

Vela que alimentaba su fuego con oscuridad que se ahoga devorada por la energía que le hacía brillar.

Grandeza juvenil e inocente quemada en la hoguera de la decepción dejando cenizas en mi negro pelo.

Magullados brazos cansados de intentar agarrarse a las paredes de un muro que cada vez parece más profundo.

Dardos de espina que continúas escupiendo sobre heridas abiertas anestesiadas de dolor y sangre.

Harta la risa de enmascarar un silencio hiriente que baila con recuerdos difuminados de una realidad hipócrita.

El orden de un desordenado ranking en el que nunca alcanzo el primer puesto.

El puente que salva un abismo que nunca dejará de tener debajo, aguantando el peso de las almas que se alejan al llegar al otro lado.

Deberías saber de dónde vengo.