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lunes, 10 de noviembre de 2014

ORO VIEJO

Oro sucio que tiñes los días sombríos.
Hojas secas que abandonan su árbol, cayendo en un baile lento o arrastradas por el vendaval de los fríos gritos del otoño.
Alfombra parda que se hace añicos bajo los pies de un caminante solitario.
Errante añorante del cobijo verde del pasado, buscando refugio en brazos desnudos.
Lanzas plomizas
guardando vida en su interior, castañeando melodías al son del silbido helado de primaverales esperanzas.
Aires pretéritos arañando el rostro seco del viajante más inquieto.
Oro viejo que arrastra sus días de esplendor muriendo ahogado en el barro de los recuerdos olvidados.
Arcilla de nueva vida esperando unas manos alfareras que moldeen la mejor de sus vasijas.
Recipiente vacío en el que juegan los ecos de un sueño que nunca perece.

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